Actualizado febrero 8, 2019
Las aves que habitualmente tenemos en el hogar como mascotas, mudan sus plumas, siendo esta una circunstancia normal por la que pasan ellos. Sin embargo, en ocasiones en las cuales están enfrentando alguna enfermedad o no están bien alimentadas, el plumaje reacciona y así comienza a perder sus plumas.
La caída de las plumas se produce por la liberación de los corticiodes que el organismo del ave tiene de manera natural, incentivada como consecuencia de las situaciones anómalas que provocan estrés.
Las enfermedades provocadas por parásitos también suelen ser generadoras de la caída de las plumas. De todas maneras no se considera un problema grave, en comparación con las distintas afecciones que puede contraer las aves de jaula.
Para prevenir este fenómeno de pérdida de plumas y cualquier trastorno relacionado a éste, basta con una simple observación en las aves de compañía.
Se trata de pesquizar si el ave esta padeciendo de estrés, y además estudiar la dieta que comúnmente ingiere, ya que de detectar alguna anomalía, puede bastar un cambio de alimentación, para ver sí este es el factor determinante que hace que las plumas se caigan.
Por último es importante observar si hay presencia de lesiones en la piel del ave, o sí las plumas están deformadas o no.